lunes, 2 de diciembre de 2013

El ojo y sus pecas

Y en la profunda noche,
en aquella actitud templada propia de la naturaleza,
 que envuelve el caos,
al contemplar mis propias galaxias
¿cómo podría realizar mi vida si no he amado las alegrías como el dolor?
Si no te enfrentara a ti angustiante voluntad,
si no viviera el dolor ; no aprendería, no danzaría por amor al destino,
al destino que aferro a mi voluntad,
esa fuerza que vitalisa y expande mi ser, ¿acaso la vida no es parte de ambas?
¿cómo no vivir el dolor si lo que necesito es mi obre inconclusa?...
Entre sabios árboles de la Alameda veo el eterno ir y venir de autos,
al observarlos desde mi árbol como si fuesen momentos que vienen y van,
los profundos, los elevados, los superfluos...

El agua se enfría, se congela hasta realizar cortes, se evapora, se calienta y siempre es transparente,
en cada cambio de su estado conserva su permanente cualidad...
Cada momento profundo no es oscuro,
cada momento profundo es como el agua, cambiante, sincera, caótica.
Yo me apodero de tu más sincera veracidad en esta profunda noche,
que es esclarecida por aquel gran y luminoso ojo blanco;
lleno y puro entre miles de pecas que adornan el rostro del firmamento.

Sólo si dejamos de desplazar a nuestro ser,
y decoramos la vida con nuestro propio estilo lograremos crecer,
desde lo más macabro y tenebroso  hasta las más solitarias alturas,
donde uno derrame zafiros por la mirada por la felicidad
o ría del mismísimo sufrimiento.

Cuan importante logra ser cada momento que no dejo escapar de mi mismo...
Es sino el valor el capaz de crear,
el valor de generar una intensidad capaz de construir un nuevo devenir...
uno que me constituya con mis galaxias...

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El nido

Dulce máscara multicolor,
como jugueteas para que muerdan el anzuelo,
como te envuelves en tu instinto de camaleón y así comer la presa.
Ya no se sabe quien es dueño de quien,  si tu de la máscara o ella de ti.
Estiras tu lengua desde lejos y atraes al insecto desprevenido que ronda por tus cercanías.
De tanto y tanto usar la máscara se ha ido gastando,
entre una mezcla con tu rostro y los colores que se derriten por tus mejillas...
...Pero a todo este espectáculo me pregunto ¿quién eres?
Si esta parafernalia es el absurdo de los pilares trizados que te sostienen o si es el miedo...

Pero que risotadas me vienen al considerar tales respuestas...
Si lo cierto es que estos colores no son mas que para cazar a la presa,
mientras te camuflas evitando todo tipo de daño. 
Ahora te persigo y noto como tu sudor entre el nerviosismo y la agitación corren más y más la pintura.
Ya no necesito seguirte, ya vi lo que quería ver, 
si tu miedo era que conociera quien eres, pues ya huelo lo que te forma,
pero... ¿quién no ha sido o es un cobarde camaleón,
que arranca y juega a la escondida y así gritar "1, 2, 3 por mi", y así librarse de quien es?

Ahora escucho el aleteo de mi lechuza de vuelta al viaje de mi noche
donde saboreaba los recién frescos cadáveres de mis camaleones;
puede que al comerlos se lleve algo de ellos, 
aún así para superar el miedo de sus rincones profundos necesitas la sangrienta victoria,
para cuando se saboree los dientes con aquellas pieles coloridas 
recuerde con una mofa cuan divertido y necesario riesgo valió para alimentar esas fuertes alas.
El camaleón se preocupó únicamente de comer y comer, 
así engordo sin lograr moverse con agilidad, 
si no lo matas simplemente pesará y pesará.
La hipocresía es la herramienta del cobarde con hambre de poder,
con esa sonrisita que con los recientes "1, 2, 3 por mi" vuelve a mostrar 
debajo de aquella piel adaptable con ojos ojerosos
como ha despojado la posibilidad de sacar su propio ser por un par de migajas e insectos de paz;
como carcome tener que realizar el primer disparo de guerra, pero aman la comodidad camaleones,
ahí parados esperando adaptarse y que su presa se acerque,
pues yo prefiero mi lechuza; noble animal, que por si solo vuela alto,
que necesita cazar, y que para ello necesita descender veloz, dirigirse a la presa y capturarla,
para mantenerse más lejos, más distante en su propio nido,
sin camaleones que quieran manchar con sudor y hediondez aquel lugar tan preciado...
¿Cómo crear tu nido sin antes poder volar?
Pero los multicolores gritan "es para sobrevivir"
y la lechuza sonriente les susurra desde el nido "yo necesito vivir
y si la vida es guerra en guerra me transformaré"  

lunes, 14 de octubre de 2013

Puerta silenciosa

El ataúd está vacío,
luminoso, pero vacío
no sé donde encontrar,
en verdad ¿que busco?

No te logré ver en comienzo puerta silenciosa
no dudé, ya lo hice
y aquel rostro con su dedo de advertencia
susurra la pista; la señal entre tinieblas.

Al observar los labios de aquel hombre
leí y entendí aquel oscuro deseo
 ya tenía claridad, es momento de obedecer.

Si veo la muerte en la cumbre de mi montaña
ya es momento de ceder, de aceptar y reír.
¿Cuántas lágrimas caen de alegría y cuántas risas nacen del dolor?

De pronto como entre pasillos,
de pronto como en un laberinto seguido por un niño...
Afuera sigue la muerte en la cumbre
afuera siguen los verdes pastos entusiastas
pero dentro, la persecución aumenta,
dentro sigo huyendo ¿quién es aquel a cual escapo?

Quien huye de lo que está constituido destruye su existencia.
El agua ya hierve en la olla y los pasillos se agotan... se agitaron.
Volteo... ya es hora de retornar, ya es hora de pisar firme
luego del chapuzon  nocturno.
Es momento de llevar mi sabia, la que me forma hacia mi existencia misma.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La daga

Al besar tus labios por un instante logro palpitar aquel sabor imposible,
esa fragancia que desespera y estrangula mis entrañas;
cuanto he pensado en ti y
cuanto me recuerdas quien soy.
Como tú, posibilidad de posibilidades te encuentras presente en cada movimiento y
 ¿acaso no es ello lo que más me cautiva?
¿acaso no eres tú lo que convocas ese abismo inquietante?
Es que en un sólo parpadeo del Universo me conservo como existente,
y siendo este mi instante te presentas como la supuesta acción más segura o más clara.
Tú, la consejera de tinieblas inertes,
tú, quien me gritas que cuando llegues no habrá más,
quien apunta con angustia a lo profundo de mi pozo.
Déjame recitarte, déjame sonreír con mi pequeña melancolía
pero con un encanto dulce y entusiasta firme al devenir,
lo que realmente me cautiva,
lo que bombea mis inquietantes deseos.
El vuelo de mi lechuza por las tinieblas me trae mensajes de mi inspiración.
Claro que te vi de cerca, claro que te he sentido y sé que llegarás, cuando suceda
no habrá consuelo alguno para aquel vals,
donde bailaremos como dos niños jugando a ser reyes de un imperio sin quien conquistar
mas que tu y yo siendo uno al terminar la pieza.
Oh muerte!, ¿aún piensas que eres mi motivación?,
¿aún piensas que en el fondo del pozo encuentras algo tuyo?
Tú eres como las sirenas de incendio, la que suena fuerte y por doquier,
por lejanos valles anunciando lo que sucede, anunciando lo que viene,
la que zamarrea el que me pare firme y atento, la que chicharrea que se deje de dormir;
tú eres una consejera, una valiosa gritona que lo hace en mi oído,
que lo sigue haciendo en mi olfato. ¿Qué me dices olfato?
"Huelo como se aproxima el hedor de cadáver, pero no te confundas que no viene del pozo."
Detengo mi vuelo por instantes, y mi intuición parla que entro en lo desconocido,
lo desconocido de donde proviene y llegará ese hedor.
No estas presente mas que en ti gritona posibilidad, afirmación de afirmaciones,
y bueno, ya te escucho, ya te huelo... te siento presente.
La lechuza se acerca,
tiene gesto de traer un mensaje
tiene gesto de poseer cierta respuesta
se capta como en sus garras trae cierto alimento,
alimento que me nutre, alimento que me endurece.
Tú mi amada lechuza encuentras lo que es mi inspiración, lo que es mi anhelo,
cambiante e intenso, decisivo y angustiante, hasta conseguirlo, hasta llegar al mineral más puro.
Tú lechuza, eres como una daga, la que entierro en mí, para perforar mis vísceras,
para sangrar  y escribir los versos que traes del mineral,
cada inspiración del hombre traerá consigo sangre y sufrimiento,
pero no es mas que por el tamaño de la voluntad que le otorga.
Mis vísceras no poseen miedo,
mi sangre escribe con valor, valor!
porque la sangre y el valor mismo son vida,
vida que no presenta compasión,
que cada vuelo que hagas será con riesgo,
con la aventura a caer, a pararte, a capturar más alimento, a nutrirte.
Mi olfato no mintió ni erró; primero te he oído incendiaria sirena,
pero ahora sé que no era el hedor de un cadáver lo que sentías,
no toda la sangre es muerte.
Porque veo mis dedos y manos ensangrentadas,
y a unos pasos la daga blanca de ojos profundos que atemoriza a muchos,
ya que serán ellos quienes encontrarán con las garras
 muchas veces el mineral sucio o podrido en el fondo del pozo y la sirena sonando desde la salida,
que es allí de donde proviene para estos temerosos y reiterados cobardes,
y claro que para ellos ese abismo inquietante es lo que los convoca,
huelen a muerto, huelen a cadáver y el mayor daño es levantaros,
pues quienes no se sientan capaces de usar la daga ante el abismo,
que caigan en él y dejad que así sea.
Al volver a mirar la daga blanca de ojos profundos, con aquellas gotas escarlata por doquier,
vuelvo a reír en mi parpadeo, en mi único parpadeo,
puesto que aquel es lo único, inmanente e inmediato,
como logro hacer que mi sangre salga y mande todo con melodías trágicas
para energizar este imperio de soledad.
Porque mi sangre y mi daga me imponen la gran posibilidad
porque desde mis interiores no hay falsedad,
porque desde mis interiores se expande la afirmación de hacer posible sólo lo que Soy,
y es ello lo que hace que manche, que marque y siga haciéndolo con este rojo escarlata.
Tenemos el momento y el espacio para crear ese salvajismo que nos une con aquel abismo de pasión y amor.


domingo, 18 de agosto de 2013

Al llover

Al llover caigo, al llover impacto en la tierra
Al llover olvido mi origen, al llover me disuelvo
Cuantas voces cantan en las tempestuosas danzas del unísono llover,
cuanta pureza se busca al limpiar la escena donde comienza la llovizna,
se convierte en granizo, donde el granizo se convierte en llovizna.
Pues al llover veo, al llover observo,
es al llover el canto eterno que abruma el océano de mi Ser,
porque desde lo más alto no hay cálculo en lo profundo y
en donde lo profundo no calcula cuan alto lleva el calor del Sol.
La marea densa que recorre los puertos abandonados,
la marea tierna en gritar sobre las piedras firmes y rasantes,
la lluvia cae con belleza sobre los frutos de lo profundo;
porque asciendo con cautela, lento, y poco a poco me desintegro y te acepto,
si, te acepto con alegría, con el deseo de conquistar los cielos,
con el deseo de volver a viajar y bailar por el firmamento
veloz y tranquilo, denso y apresurado.
Luego de caer, al levantarse no cualquiera observa como se escala al son del vapor,
transparente, honesto como al contemplar lo que contiene una copa con agua
puro de vida, puro de dominio, puro de aceptación.
Como querer seguir viviendo el llover,
Como no querer llegar al profundo
¿Es tanto mi deseo que se impregna de sufrimiento? ¿Es tanto mi deseo de expansión?
Así entonces te dejo entrar sufrimiento lleno de fibra,
tú que gritas a los oídos de mi espíritu, tú, eterno insaciable
no te disfraces de pesadez, porque conocí muy bien aquella máscara,
detrás de ella no se encuentra el miedo sino el valor,
el valor de las lágrimas que nacen del profundo océano y que caen del firmamento.
Al llover no recordaré tan solo la caída, recordaré el ciclo,
recordaré el hambre de conquistarlo y gritaré de inocencia por aquel firmamento,
en compañía de constelaciones que no son más que mis pensamientos,
en que cada vez que se convierten en pensamientos
cada sentimiento que logró crecer, cada uno logró volar.
Seré una nube intrépida incubando el siguiente llover,
ya que mi deseo no calma y volverá por más,
y a ti sufrimiento te sonrío con ternura, porque a ti también te deseo
y lo hago para enfrentarte, para vencerte y brincar sobre tu cabeza,
aún así en el abismo de ese brinco se encuentra la estaca que punza el palpitar,
el paso más difícil; el paso de la voluntad.
Ahora mientras llueve converso contigo amado océano,
te converso pero estoy en entender que no llega la palabra para hacerlo, pues no quiero.
Y en aquel instante de debilidad me susurras con tu voz firme y clara,
tu espíritu bestial y ligero que me alimenta; me dice:
“anda y caza la brisa que te limita el vuelo, únete a ella para que los diversos vientos
te conduzcan hacia donde otro no llegará, transfórmate en tu presa y cómete,
te nutrirá, saborea la sangre y notarás como te hace más viril e inalcanzable,
desconocerás el flaqueo,  pues al observar el llover no hay duda alguna
que lo detenga, sino afirmación, afirmación de quien soy, afirmación de Ser.

martes, 30 de julio de 2013

La magia

Cuanto alivio se presenta en el sufrimiento, cuanta dificultad puede presentarse en su aceptación y es ahí donde el telón cae y se muestra la obra tal cual es, donde la ilusión es pensada al igual como se hace al mirar a los magos, en donde nos damos cuenta al observar más allá del encanto hipócrita del teatro creado, el verdadero objetivo que necesita. Ese sucio y denso cebo que tiene como objetivo distraer y crear en la persona un paisaje falso, aquel consuelo de plebeyo, aquella utopía barata de feria que nace de la manada.
¿Tan sólo busca aquello? ¿Es ella la única meta que necesita el Ser para lograr esa básica felicidad?
Pues también necesita control, el manejo de los posibles, ¡el manejo sobre el Ser del espectador!
La reducción reiterada de variantes que encierran como los ratones blancos en busca del queso dentro del laberinto sin salida, llevando al títere a una sola opción, la cual no es la verdaderamente propia. ¿Cuántas veces tenemos que observar el mismo truco y vivirlo para darnos cuenta que sólo es un juego de manos y palabrería? 
Pues yo te quiero ahí, capaz de abandonar la platea, te quiero ahí capaz de hacer tu verdadero truco, aquel que no posee engaño, aquel que no dará consuelo provisorio a ningún público ni mucho menos a quien lo ejecuta. Solo aquellos espíritus con fortaleza hacen la verdadera magia, la transmutación de vida, la posibilidad única; la de ser tu Ser.
Será allí donde el alivio descenderá, que a diferencia de aquel alivio teatral con challa y piñatas, con esas máscaras compasivas de punta y pie al guión, este si será uno verdadero; será breve, leve e instantáneo, será el alivio de aproximar las pieles  internas con las externas, donde ya pasado el acto, las olas conduzcan a nuevos puertos, puertos con marejadas indomables, con aquel Sol radiante que reseca hasta la piel más resistente. Y entonces ¿qué alivio vendrá? 
"¡Fácil!" grito la marejada: cada vez más tendrás que vivir siendo quien eres, como una bestia salvaje a la cual obedecer, hasta conseguir el ascenso, hasta conseguir el vuelo sobre la bestia.

viernes, 5 de julio de 2013

La mirada hacia el firmamento

Llega el caminante al momento donde su sombra ya no resiste
y  grita "¡Hazlo! ese eres tú, eso es lo que desea tu voluntad,
el caminante sorprendido por su pausa, olvidó que ya del instante hizo una acción,
sintiendo que aún quedaba por hacer, debía darle belleza
y luchaba contra su salvajismo que entorpecía la decisión.
"¿Tanto es lo que no puedo elevarme sobre mi?,
¿Tanto es no poder transformar esta fuerza en una voluntad prudente y tenaz?"
"Para eso necesitas precisión", le sonrío la sombra con una mirada burlona,
desafiando cuanto sería el tiempo que dejaría pasar hasta realizar el acto.

El caminante suspirando, sintió hasta cuan profundo estaba llegando
y alzó la mirada hacia su firmamento, y previo al instante de golpear con el mazo
sintió como se abrían sus alas para volar sobre el abismo.



martes, 25 de junio de 2013

Ser ígneo

¡Cómo dejar de escucharte querida salamandra, cómo evitar hacer lo que danzas en mi interior!
He nacido de la noche, de la más desafiante oscuridad para estar sobre el firmamento,
me acerco cada vez a romper la distancia entre tu y yo.
Los humanos nos han querido distanciar mientras lloro de alegría por afirmar que sigues aquí,
para afirmar la vida en mis mas temidos miedos.
Resistes el fuego que cargo, el fuego que lo usas para crear y ascender donde otro no ha llegado
Y es ahí donde el verdadero guerrero domina, obedece la altura donde se inclina para elevarse y conquista 
el valor de su disciplina.

Cuando se lanza al abismo con las alas de su Salamandra