viernes, 21 de marzo de 2014

El viento y el ave

Tal como el ave estática aletea a contra viento,
tal como su mirada apunta y la brisa lo bloquea en su movimiento; se cansa
sube y baja para avanzar, más el invisible viento no se lo deja,
y me pregunto ¿de quién es el viento? ¿qué la bloquea?
Pues el viento es la mente, que no libera el vuelo de la voluntad,
la pesadez debe ser aniquilada, a la pesadez se le sonríe,
más ella no tiene nada de embriaguez ni locura.

Donde apunta su mirada, apunta su crecimiento,
no hay peor vuelo que el que se imagina,
la existencia de aquello lo hace veraz,
lo que en la mente queda, la imaginación retiene y no suelta.

Que no se olvide que uno existe y luego piensa.
Que no se olvide del Sol que uno es de su Universo.
Que no se olvide que los mismos planetas chocan unos con otros para seguir su camino,
las fuerzas requieren un enfrentamiento, es parte del devorar.
Más que se recuerde en el olvido el amor al propio destino,
al destino de la voluntad del ave.

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